Esta receta supera aquel momento. Te lo aseguro. La fusión entre la picardía de una cookie y la inocencia de la Nutella ponen alerta tus cinco sentidos. No te engaño: son algo laboriosas, pero... te vas a resistir a algo así? Si me hubiesen dicho de pequeña que a mis 34 años seguiría derritiéndome por la Nutella, no me lo hubiese creído. O sí. El placer que me provocaba sentarme a media tarde delante de la televisión viendo dibujos, acompañada de un vaso de leche fresca y unas galletas María untadas de Nutella no lo he podido olvidar aun.
* Receta adaptada de Raquel.