La primera vez que me enamoré de verdad fue amor a primera vista (y no fue el día de San Valentín). Me di cuenta porque sentí un cosquilleo en mi estómago y los ojos me hacían chiribitas. En ese momento, subida en un nube blanca veía mariposas revoloteando, flores de colores a mi alrededor y pajaritos cantando ... era un mundo de fantasía en movimiento, pero mi tiempo se había quedado parado. Pues resulta que en ese preciso instante, y yo sin saberlo, mi cerebro se había llenado de feniletilamina (la anfetamina que segrega el cuerpo), mi cuerpo liberó neurotrasmisores y me bajaron los niveles de serotonina. Y eso no es todo. Además, mi ritmo cardiaco se aceleró (y os aseguro que el mío va a toda mecha) porque la adrenalina empezó a correr por mi torrente sanguíneo como Pedro por su casa. Todo esto sucedió tan solo en 1 minuto, dentro del ascensor de un albergue (de lo más cutre) en Londres al ver a un chico con estilo, con pinta de travieso y con cara de niño.... ays, quién lo iba a decir!
Así surgió mi impulso de amor y creo que estos cupcakes de frambuesa con buttercream de nocilla blanca llevan todo lo que sentí en aquel momento.
Os presento el amor concentrado en un dulce.
Así surgió mi impulso de amor y creo que estos cupcakes de frambuesa con buttercream de nocilla blanca llevan todo lo que sentí en aquel momento.
Os presento el amor concentrado en un dulce.
Estoy tan ciega de amor, que casi se me olvida explicaros cómo prepararlo :)
Que disfrutéis este día y toooodos los días como Feliz Día de San Valentín!
Que disfrutéis este día y toooodos los días como Feliz Día de San Valentín!