La manzana me aburre. Comerme una manzana a bocaos suelo hacerlo muy pocas veces. Quizás es porque me quedé con la idea de que Blancanieves cayó desvanecida al comerse una manzana envenenada por una malvada bruja. O porque me imagino al típico gusanito rechonchón saliendo por un agujerito con cara de felicidad por haberse zampado lo más jugoso. Pues no, no les voy a dejar ni al gusanito feliz ni a la malvada bruja. Esta vez soy yo quien se queda con la manzana y quien decide cómo comérsela.
Aquí te presento al desayuno entre mimosas: magdalenas jugosas por dentro gracias a la compota de manzana como ingrediente clave y el toque extra de trocitos de manzana por encima. Te animas?
Que la disfrutes con muchos mimos!